Hay quienes dicen que solo te enamoras una vez en la vida. Yo digo que te enamoras de distintos modos. No es lo mismo el amor de los 15, el de los veintialgo, treinta y algo... ni el amor después del desamor.
Y es que todo tiene su momento. No se aprecia el sabor de una torta si no conoces el azucar. No sabes cuánto querias ese helado hasta que cayó al piso y se perdió. No sabes cuánto puedes amar si nunca lo has intentado. Pero por sobre todo, no sabes cuan dulce es el amor, mientras no hayas pasado por lo agrio del desamor.
Sabiendo lo que pasa, te vas con mas cuidado. Despacito probando, midiendo, comparando. Ahora si? Cuántas veces nos hacemos esa pregunta, respondiendonos que si... y equivocando la respuesta. Y si ahora si? Y si cierro los ojos y disfruto, y siento y amo y me dejo amar?
Ya no siento las mariposas que sentí a los 15, ni las ganas locas de casarme y formar familia de los 20. El amor después de los 30 es más pausado. Intenso pero pausado. Se a lo que voy, se lo que busco, lo que necesito y lo que quiero, lo que lo hace más fácil.
Cierro los ojos y me dejo llevar. Vuelven sensaciones y sentimientos que siglos atras escondí en un baul con llave. Aprendo que habian muchas cosas que nunca habia conocido: Lo que está en la cara brillante de la moneda.
Y en esta ruleta de la fortuna que es mi vida, siento que estoy en lo alto, casi tocando las estrellas . Por qué no podria quedarme aquí?
Adios fantasmas. Adios a las mochilas de tristeza y desamor. Adios al pasado que condena.
Bienvenido el amor.
