miércoles, 30 de enero de 2013

Leer sexo?

En estos últimos días, he visto (y todos creo) una horda de mujeres leyendo "las 50 sombras de grey". En facebook, twitter, en la micro y en todos lados, veo mujeres vanagloriándose de estarlo leyendo, mostrando la tapa bajo sus brazos (en una posición que sus dedos no toquen el titulo, para que todos lo podamos leer).
No es que me desagrade, pero me llama profundamente la atención  Es acaso una moda y por eso todas la siguen? Es que nos hemos acostumbrado a que las cosas "prohibidas" cuando se hacen en grupo nos hacen ver menos "locas" al estarlo haciendo? Mientras escribo, me viene inmediatamente a la mente los martes femeninos: Decenas de mujeres vueltas locas mirando a un hombre semidesnudo (de preferencia morenito), en una instancia en que puedes gritar e intentar tocar porque está permitido. Una entre todas pasa piola, o no?
Me detengo un minuto en mis pensamientos para hacer una aclaración: No tengo nada en contra de la gente que lo está leyendo, al contrario. Esto es solo un análisis conductual. No he leído el libro, lo reconozco, así que solo hablo de oídas  pero esto no es una critica literaria así que me da lo mismo que alguien piense que estoy siendo irresponsable o superflua, si busca eso, siga al siguiente blog de los ñoños que dicen lo que los demás deben pensar. Insisto, en mi calidad de observadora social, estoy transcribiendo pensamientos vagos que he tenido durante el día, entre las cosas que suceden habitualmente en el extraño mundo de Claudia....
Continúo.
Hoy en twitter publiqué mi primera impresión  Tanta gente leyendo este libro que ni siquiera sabe quien escribió El Quijote, ni que Macondo salió en un libro antes de la cumbia.... Es bueno leer, y ojala que siguiera esta onda de agarrar un librito de cuando en cuando... así también se aprende a hablar y escribir mejor.... 
Mi segunda impresión es, y de alguna forma es mi tema de fondo (hoy ando con la mente en mil partes, perdón si divago demasiado), por qué se debe esperar a que alguien escriba de sexo, se ponga de moda leer sexo y todos (as) lean sexo para que se pueda hablar del tema?
Recuerdo lo que escribí hace ya algún tiempo, sobre las cosas de las que las mujeres no hablamos, entre ellas estaba el sexo. 
Las mujeres somos capaces de describir hasta el perfume que llevaba puesto ese día tal yegua que se nos  cruzó en el camino, hablando horas de la horrible ropa que traía y de los feos zapatos que eligió  pero, cuantas horas al día sale de la boca de una mujer la palabra sexo? cuántos minutos al día, en una semana o en un mes usaste para hablar de eso con las amigas o con la pareja?.... cri cri cri cantan los grillos....
Por otro lado pienso, (y recordando que no he leído el libro y que solo escribo de lo que he oído)  es necesario que un libro te abra la mente y te diga que hacer y como? Para eso, el kamasutra ya lleva siglos, y no se si en alguna temporada la gente anduvo con él bajo el brazo. Es necesario que se ponga de moda el sexo para que las "señoritas" puedan tocar el tema y no quedar de casquivanas? (jaja, que buena esa palabra).
Sigo escribiendo y fumando, y sigo pensando en cuál es mi punto de fondo y hacia donde quiero llegar, mientras pasan por mi mente un sinnúmero de recuerdos de escenas pasadas.... algunas contigo (sí, contigo, se que me lees), otras con el de turno... como también recuerdo caras de gentes que me han escuchado decir cosas parecidas a las que estoy describiendo acá  desfigurándose mientras tratan de mantener una sonrisa, con cara de "esta niñita está loca y es una casquivana!" (jajaja, es buena la palabra o no?)

Me distraigo nuevamente tratando de volver a mi punto de partida, y ahora pienso en por qué la gente a veces prefiere la ficción a la realidad... 

"Era una noche de viernes como muchas otras habían pasado. Un grupo de amigos compartiendo en el pequeño departamento de soltero que él habitaba. De fondo, sonidos ochenteros, de risas, de conversaciones cruzadas y de vasos chocando o rellenándose con más alcohol y hielo. Cada uno en un extremo de la sala, no necesitaban ningún tipo de contacto físico, solo bastaban las miradas cómplices que, de cuando en cuando se daban. Una sonrisa a la distancia era suficiente para que ambos supieran que el otro estaba distraído pensando en lo que sucedería en un par de horas, sin prestar mucho la atención a la conversación que estaba llevándose. Ambos sabían que no necesitaban demostraciones sociales de afecto, tan solo un roce camino a rellenar nuevamente un vaso era suficiente para que el otro supiera que estaba allí, esperando a que llegara el silencio y la soledad que quedaba al marcharse todos. 
Cuando ya los últimos partían, se tomaban algunos minutos en ordenar y lavar los vasos usados, hasta que él llegara en el minuto preciso, la tomaba por la cintura, y le susurrara tiernamente al oido "vamos". Ella nunca necesitó preguntar dónde o por qué. Ella sabía que él la guiaría de la mano por el pasillo, hasta la segunda puerta a la izquierda. Esa habitación que fue testigo silencioso de noches de amor y pasión, de alegrías y tristezas. De amor y desamor.
Un primer beso silencioso iniciaba la jornada, su jornada, ya nadie mas había, ya nadie mas importaba. Estaban solo ellos besándose de pie a un costado de la cama. Sus bocas en una perfecta sincronía, no por el tiempo que llevaban haciéndolo,  desde un principio fue así, como si la boca de ambos hubiese sido hecha con el molde del otro. Lentamente, él la recostaba, sin dejar de besarla, cada vez mas apasionadamente, como tratando de recuperar todo ese tiempo en que no se rozaron pero en el que siempre se sintieron. Despacio él la desprendía de sus ropas. Sus manos ya conocían el trayecto que debían seguir y, sin ser rutinario, era parte del ritual que ambos conocían y en el que sus cuerpos encajaban a la perfección. El tiempo de amarse se había iniciado. Quizás sería solo una hora esta noche, quizás serían dos. El tiempo no importaba mientras se volvían uno en la cama. Nunca necesitaron decirse qué hacer ni en qué momento, bastaba un gesto o una mirada bajo la tenue luz que entraba por las ventanas de ese piso 21. Ambos sabían lo que el otro deseaba.
Ambos sabían que el otro lo deseaba.
Y después de la escena del amor, un beso tierno, las buenas noches, y un abrazo fuerte y cariñoso. No eran necesarias ya las palabras, sus cuerpos lo habían dicho todo. Al amanecer ella despertaba sintiendo su cuerpo, sus brazos rodeándola por la cintura como evitando que ella huyera mientras él dormía. Una sonrisa complaciente era un suficiente buenos días.
Ya a la hora de partir, un ultimo beso en el umbral del dormitorio era la despedida hasta una nueva oportunidad, que ambos sabían que llegaría. No necesitaban decir nada más. 
Ya los cuerpos hablarían nuevamente cuando llegara el momento. Ese momento en el que el silencio del pequeño departamento se llenara del sonido de sus cuerpos envueltos en una mezcla perfecta de amor y sudor."

No es mejor la realidad que la fantasía?

......

Si, inventé algo: Yo nunca lavé la loza en el 210....