miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mirar hacia adelante, cerrar los ojos para atrás...

Hace un tiempo, escribí sobre los fantasmas del pasado, en cómo ellos influyen en las nuevas relaciones, en cómo asustan cuando los sientes venir.
Hoy quiero verlo desde otro cristal. No sé si mas positivo, pero más actualizado, más pensado, más vivido.
Siempre me he considerado una mujer fuerte, y en la mañana pensando en la inmortalidad del cangrejo, se me vino a la mente la metafora de la roca, el agua y el viento. Yo soy la roca, obvio.
Durante mi vida, y me refiero a estos 25 años que llevo en el cuerpo (...), he sido golpeada por brisas, vientos y huracanes. Tambien por mareas, marejadas y olitas pequeñas... Y sigo en pie.
Y creo que es a lo que quiero llegar en esa entrada. Han pasado muchas cosas que me han hecho cambiar un poquito, pero por dentro sigo igual de fuerte.
Han habido marejadas incontenibles, y vientos huracanados. Algunos de ellos han logrado erosionarme, pero no han corrompido mi alma.
Cuales han sido las bajas que contar? uno que otro moretón, más o menos marcado en mi personalidad. Quizas me he vuelto mas desconfiada y menos optimista. Mas controlada y menos impulsiva. Mas cauta y menos aventurera...
Pero sigo sintiendome una roca. No por lo dura, sino por lo fuerte. Es distinto lo uno de lo otro. Soy fuerte, pues he logrado sobrevivir a todos los embates que la vida me ha mandado, a pesar de no ser dura, pues tengo un corazon de dulcito :D (flores para mi).
Y creo que llegó el momento de hacerme un poquito mas a la marea, donde hay algunas olitas dando vueltas por ahi con las que me podría refrescar. Lo bueno de haber pasado por un tsunami, es que ahora si soy capaz de reconocerlo y hacerme a un lado para que arrase con alguien mas.
Con alguna roca que se sienta menos fuerte que yo. Y digo "que se sienta" porque todas las rocas somos capaces de aguantar el vendaval, solo hay que mirarse y darse cuenta de lo bien que hemos aguantado, de lo firme que sigo siendo, y de que siempre habran olas dando vueltas a mi alrededor, y es mejor prepararse que intentar huir de ellas a tierra firme.
No, las rocas no podemos, ni debemos, estar en tierra firme. Fuimos hechas para estar de cara al viento.... y sentir... por sobre todas las cosas, sentir....

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