Hace pocos días terminó el reality
"No basta con ser bella" que tenía por fin buscar a la nueva Miss
Chile, y como adicta a los realitys, lo vi cada semana. Ahí veíamos a un grupo
de jóvenes luchando por ser la mejor representante de la mujer chilena.
Durante
la competencia, las candidatas a Srta. Chile debieron sortear arduas pruebas,
como adelgazar hasta casi recuperar el peso que tenían al nacer, aprender a
caminar con tacones, decidir si ponerse o no implantes mamarios, etc. Todo
incluyendo la prueba más difícil de todas: Lograr decir una oración con al
menos 10 palabras, sin repetir ni equivocarse.
Cuando
vi la final, me di cuenta que estos años de tevita me han dado un gran regalo:
Tolerancia. Si, hace un par de años atrás habría saltado sobre el televisor
gritando y alegando el cómo una mujer adulta no sabía cosas tan básicas como
nombres de personajes chilenos, situaciones del país, o cosas que se logran con
un esfuerzo tan simple como leer o ver los titulares de las noticias. Ahora me
da risa.
Muchas de
nosotras cuando niñas quisimos ser una Miss alguna vez, que es lo que las niñas
de hoy sueñan en su versión de princesas. Volvernos el prototipo de la mujer
con vestido grande, rosado y brillante. Quizás por eso ambos conceptos van muy
unidos: Ser Miss (y sus derivados) y el rosa. Rosadamente obvio como dirían por
ahí.
Siempre he
tenido problemas con las "rosadas". Me gusta el color, pero para mi sobrina de 8 meses o para Hello Kitty,
no para ser la bandera de una mujer. Estudié en liceo de niñas, y recuerdo
a una compañera con la que nos reíamos de las rosadas (quizás hoy se llame
bulling...). Ella siempre decía que le daban ganas de tomarlas por los hombros,
zamarrearlas y decirles "habla como mujer!".
Quizás es
eso lo que me estresaba. Ver a una mujer en actitud de pedazo de carne, de
envase. Saber que hay quienes pueden decirme en detalle las 10 diferencias
entre un brillante y un diamante al momento de elegir "la roca", pero
no saben el nombre real de Gabriela Mistral. Que saben cuantas calorías tiene
cada bocado que prueban, pero jamás han visto un campamento en el que con
suerte hay pan para la once. Y es que
terminan convirtiéndose en rosados envases, usando y abusando de su condición vacía.
Probablemente tontas no son,
quizás es solo un tema de prioridades.... si, eso espero, de lo contrario, al
carajo años de luchas por el género....
A
lo anterior, sumémosle el tema de las rubias. ¿Cuánta rubia poco inteligente
(por no decirle tonta) hemos visto caminando por la calle? Y es que nunca he entendido
por qué todas quieren serlo sabiendo los prejuicios, fundados o no, que los
tonos por sobre el 8 han tenido, y tendrán, por los siglos de los siglos.
Quizás por eso he sido colorina y castaña tantas veces en mi vida, huyendo de
mi pasado de niñita rubiecita.
Y
bueno, si decidiste ser un envase rosado, puedes dedicarte a hacer eventos en
discoteques, salir con futbolistas, aparecer en televisión y hacerte
famosa por esa misma rosadez, la que generalmente va acompañada de ...
mmm ... nada?. Ah, no. Acompañado de una buena suma de dinero, y es que ser un
lindo envase puede llegar a ser muy rentable. El remate sería ponerte dentro de
una caja y mostrarte en una estantería.
Así,
me es imposible no pensar en que en una noche meneándome en una discoteca puedo
ganar lo que quizás en un año gana una persona con 4° medio aprobado. Entonces,
¿Para qué me esfuerzo en saber cuál es la isla más grande de Chile si eso no le
reporta dinero a nadie?. Y ojo, que muchas de las rosadas faranduleras no han
terminado ni la media… Estudiar, trabajar, especializar…. ¿A quién más le
suenan estas palabras?
Voy
a volver el tiempo atrás, hasta mi adolescencia, para comenzar a preparar mejor
mi futuro. Qué Universidad ni nada, debo dejar las marraquetas con mantequilla
y las chorrillanas; aprender a decir que robar es malo, que los elefantes son
animales; que lucho por que no hayan diferencias de razón social, y que ojalá
Cecilia Bolocco y el Papa perpetúen la especie. Ahh, y que deseo la paz del
mundo….
Concluyendo,
me dirijo a los líderes estudiantiles: Escolares y universitarios de Chile,
están perdiendo el tiempo marchando por educación gratuita. Deben replantearse.
Pidan cirugías plásticas gratuitas y de calidad!
O es muy obvio lo que estoy diciendo?
Columna escrita para www.espaciob.cl
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